Adiós

A pesar de todo, hubo un momento en que volvió la mirada… no buscaba nada; sólo quería cerciorarse de que nada quedaba por ver; de otra manera no lo hubiera hecho.

Está ausente cuando pensaba en todo, en lo de antes, en lo de ahora, en lo que vendrá y se imagina que todo saldrá bien. Sabe que todo saldrá bien.

Ha enterrado, sepultado y lapidado el peso que no la dejaba caminar, que la ahogaba y que cada vez que avanzaba la hacía volverse para ver que nada se había roto, que no había destrozado nada. Pero todo eso ya le da igual.

Ahora ya no le preocupa, se ocupa, y lo hace de ella misma… estuvo demasiado tiempo preocupándose por los dos.

Y ya se acabó.  Adiós.

Despedida.

Nunca dejaba de mirar, buscando incesante y desesperadamente su olor, esperando que su imagen no se desvaneciera, que no olvidara nunca su voz.
Pero se fue, y lo hizo para no volver; para no tener que esperar, no tener que hacer preguntas y no creerse las respuestas.
Se cansó, de todo, de lo de siempre, de su historia, del dolor y del amor. Se cansó de su vida.
Se fue y ya no volvió.

Como cada mañana

" Carpe diem, disfruta el momento..." cada día, al levantarse, resonaba esta frase en su interior, luego el primer pis de la mañana; " eres una mujer fuerte, querer es poder", acciona la cisterna. Comienza a ducharse- el primer gran placer del día- "el que la sigue la consigue". Después del ritual diario de cremas hidratantes para cuerpo, pies, manos, cara ( el cuerpo no es todo uno?) " fuerza interior" comienza a vestirse, cuidado- desodorante que no deje manchas- se mira en el espejo y piensa " eres una mujer atractiva y con mucho poder" entonces empieza la sesión de restauración: corrector de ojeras, base de maquillaje, polvos translúcidos, khol, rímel, perfilador y barra de labios... " convéncete, estás genial". Llega el turno del café y mientras fuma el primer cigarrillo del día " mañana tienes que dejarlo" - pensamiento reiterativo-; mientras le acompaña como cada mañana la voz del locutor de radio que le abre la ventana al día. Se cacaba el cigarro, termina el café, se cepilla los dientes, se pone el abrigo coge su bolso- última mirada en el espejo- "adelante, hoy va a ser un gran día" y fuera" el mundo es tuyo".

Son las 8.30 hs de la mañana y ya está agotada, eso sí, llena de fuerza de interior, pero agotada.

Margas

Recuero tu fragancia,
que es hoy mi olor.
Añoro tu sonrisa,
tu vida, tu voz.
Echo de menos tus abrazos,
tus mimos,
tu amor.

Sentir

Sentir la brisa suave,
mecerme con el viento,
mojarme en la lluvia...
Empaparme de vida... sentir

Vivir, día a día
y hacerlo sin ti.

Estés donde estés
te buscaré incesantemente
me alejaré veloz, una vez más
de mí.

Clímax

Al lado del mar, junto a la arena
me hacías el amor y yo te lo hacía a ti.
En nuestra cama, cada noche, cada mañana...
siempre dentro de ti.

Gemía de placer, temblaba de placer
pedía más y tú siempre me dabas más
me lo dabas todo.

Gemías de placer, respirabas deprisa
me pedías y yo te respondía.
Siempre te respondí.

Tu cuerpo y mi cuerpo se unían,
se buscaban y se encontraban...
al fin. Y entonces el clímax.

Podría decirte...

Podría decirte cualquier cosa...
pero sólo quiero decirte que te quiero.
Que cada día sin ti me falta el aire
que cuando no te veo siento que no vivo
que cuando no te oigo, no quiero hablar.

Te tengo en mi mente a cada momento
te siento siempre dentro, y siempre me duele
y no encuentro la manera de deshacerme de ti.
No quiero echarte de menos
no quiero olvidarte
solo quiero tenerte, conmigo, a mi lado...

A pesar de todo volvería a ti
y lo haría ahora con los ojos cerrados,
dándote mi vida, pidiéndote la tuya...
queriendo compartir, compartirnos: a ti y a mí.

Pero no puedo, no debo dejarme ir.
Me moriría lentamente, de dolor, de amor, de pena
porque nunca te tendría solo para mí.
Y no puedo compartirte, no quiero hacerlo...
porque yo sí sería toda entera, tuya...para ti.