Vive...

Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre. ( M. Gandhi)

viernes, 15 de abril de 2011

Lo supo...

La primera vez que lo tuvo delante, lo miró fijamente a los ojos. Eran unos ojos negros, grandes, profundos, con misterio. Y supo que lo amaría. Había algo en él que la atraía de una manera enfermiza, no podía dejar de mirarlo, de olerlo, pero sin atrever a tocarlo. Eso podía ser muy peligroso, sabía que en cuanto lo rozara, él la sentiría de la misma manera que ella a él. Y eso era muy peligroso, pero a la vez... irremediable.

En cuanto sus pieles se tocaron, sus cuerpos se reconocieron, sin haberse visto antes. Con la seguridad de que a partir de ese momento, de ese preciso instante, nada volvería a ser igual. Ellos  nunca serían los mismos. Todo había empezado y acabado al mismo tiempo. Ella se murió y nació en aquel instante, en cuanto lo reconoció... en cuanto lo vio, lo supo.

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